Add parallel Print Page Options

Yo sembré la semilla y Apolos la regó, pero Dios la hizo crecer. Entonces, el importante no es el que siembra la semilla ni el que la riega, sino Dios que la hace crecer. El que siembra y el que riega tienen el mismo propósito. Cada uno recibirá una recompensa según los resultados del trabajo que haga.

Read full chapter